Hace un mes que estoy estudiando y dos semanas que estoy trabajando... y a pesar de que a vi a algunas -pocas- personas siento que las 6000 páginas que numeré a mano, las más de 300 ciudades que busqué en el Google earth* y las tres materias para las que tuve que estudiar absorbieron toda mi vitalidad. Crecer a veces es una paja e implica sacrificios que no siempre resultan atractivos, pero la satisfacción de sentirse realizado el día que recibís tu primer sueldo o cuando te sentás a explicarle a alguien por qué X es una construcción social y no algo natural (¡Con toda la justificación!) no tiene comparación. Ver la realidad de una manera diferente, sea porque ahora apreciás la plata o porque te enseñaron a ver todo desde una nueva perspectiva me hace feliz en extremo. Siento que cada hora en la silla (creanme, FUERON MUCHAS) valió la pena y el dolor de espalda. Que cada hora que no pude dedicarle a la cama será retribuida en forma de otra cosa que será tanto o más satisfactoria que dormir.
¡Espero que estudiando y trabajando todos sean tan felices como yo!
*Eso es lo que hice hasta ahora en mi trabajo... ¡Trabajos alienantes si los hay!
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