De repente la vida le dio sentido a la vida misma. A veces el destino da un giro que no esperabas (porque nunca tenés suerte) y se vuelve algo positivo. Y aunque siempre despreciaste hasta el más pequeño defecto apareció alguien que te hizo descubrir lo increíble de cada detalle. Y te ayuda a comprender que no hay culpa, ni miedo, ni vergüenza que valga la pena, que sos dueño de lo que quieras hacer, que nadie tiene autoridad para juzgarte por ser feliz. No importa cuál sea tu manera, ni cuál sea tu concepto de “felicidad”. Escuchándolo te vas convenciendo de cada frase y argumento. En ciertas situaciones es necesario correr riesgos y dar pasos insensatos, porque ESO es vivir.
"Yo viví en la dulce y perpetua espera del azar. Comprendí que la sed de disfrutar que nace en cada momento de voluptuosidad, se anticipa al gozo. – André Gide"
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