sábado, 20 de febrero de 2010

Certeza

El otro día te dije que de vos había solo una cosa que podía considerar defecto, y era que siempre volvieras. Pero también te dije que era un defecto compartido, así que un 50% tenía que ver directamente conmigo, porque aunque vos fueras el que venía de nuevo, era yo la que te dejaba pasar. Ya que estamos charlando y la conversación se desvió hacia este tema te quería comentar, avisarte pero sobretodo avisarme...
Siempre me retaste por mi inseguridad, me dijiste que a veces dudás de mi inteligencia, porque vivo dudando y tirándome abajo. Quizás gracias a vos, quizás gracias a mi maduración personal, hay un par de cosas sobre mí que ya no dudo. Te las digo con toda la seguridad del mundo, y de hecho era el punto de todo esto que te estoy diciendo: ni se te ocurra intentar volver, porque te aseguro que esta vez no te lo voy a permitir. Me quiero poco, pero en el fondo me quiero, a mí y a mi salud mental. Vos fuiste el que provocó esto y por vos es que se acabó. Se acabó todo, pero lo más importante, se acabó mi paciencia. Espero que nos sirva a los dos, pero la verdad es que tu persona ya me importa bastante poco, supongo que tiene que ver con el hecho de que yo jamás te importé, aunque muchas veces me la hiciste creer. Sigo pensando que vos y tu ego son demasiado grandes como para que entre alguien más, y yo desde el principio me tendría que haber dado cuenta de que tampoco me lo ibas a permitir.
Contrariamente a lo que te dije una y mil veces no te odio, quizás hasta me vino bien haberte conocido y haber experimentado esto. Estoy segura de que gracias a vos en el futuro voy a poder reconocer un poco más facilmente a los idiotas sin remedio, y debería agradecerte por eso, pero no, creo que te devolví el favor durante todos estos años siendo como fui cuando vos muchas veces te mereciste lo peor.
El tema es que estoy cansada de conocer gente a la que le tengo que agradecer por enseñarme que en el mundo hay mucho pelotudo suelto, ya es hora de conocer a alguien que me demuestre que también hay gente que vale la pena. Quizás tengo que ser un poco más hija de puta, porque se ve que los hijos de puta atraen idiotas como yo que tratan de hacerlos felices. El problema es que yo no seré Teresa de Calcuta, pero hacer sufrir al prójimo no me divierte. Bueno, basta, ya fue mucho monólogo de mi parte, ahora te toca responderme. ¿Tenés algo que decir de mí?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Clementine dijo...

Holaaaaaaaaaaaaaa qué tal?

Style Girl dijo...

Increìble este texto !. No se como lleguè hasta acà pero te felicito, escribis muy bien :). Me sentì bastante identificada ! jaja ..


Saludos !

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