sábado, 3 de abril de 2010

A mi príncipe azul (o mejor violeta...)

[Aún inexistente, pero le escribo, le hablo, porque confío! Algún día aparecerá...]

La verdad es que sin vos es difícil seguir adelante. Es amargo el simple hecho de no tenerte conmigo acá, pero si ni siquiera existieras mi vida sería más difícil todavía. Pensando en vos, cada día de mi vida, a la mañana, es que me levanto y decido vivir una vez más. De la misma manera que todos luchan por seguir adelante en otro lugar, yo me animo a un día más. Pero hoy, a pesar de no ser domingo, sino sábado a la madrugada, no me di cuerda para las horas que se me están viniendo encima. Ahora escribo esto, un poco deprimida y un poco por el alcohol en sangre, desde mi habitación. Es que escuchando a los hombres del mundo y escuchando esa vocecita malvada que cada día tengo que ignorar, me pregunto si realmente existirás. La otra vocecita, la que discute con la anteriormente mencionada, se ve opacada cuando aparece uno de esos que no sé si son imbéciles o personas que realmente te dicen la verdad. Me vuelvo a preguntar si no será que siendo como soy es imposible que haya alguien como vos para mí. Quizás necesitaría lograr lo que me propongo cada día y cada día me vuelvo a impedir por una gran falta de voluntad. Y de repente me doy cuenta de que si existís –¡y ruego porque así sea!- eso no te tendría que importar. Cuando haya terminado de escribir esto no voy a tener nada que hacer más que irme a la cama y dormir. Pero se me complica, me cuesta tanto cuando tocan mi talón de Aquiles. ¿Cómo puede ser que no se den cuenta hasta qué punto se pueden decir ciertas cosas? ¿Cómo es que no entienden que son ellos los que provocan esas mismas reacciones de las que después se horrorizan? Durante la semana estudio, y las tardes de los sábados suelen ser tranquilas y apacibles… pero dadas las circunstancias dudo que este sábado sea igual que siempre, y lo peor de todo… no voy a tener nada que hacer hasta la noche (y si tuviera... no tendría ganas de hacerlo). Voy a tener que imaginar, uno a uno, todos los días increíbles que vamos a tener nosotros dos durante el resto de nuestras vidas, porque de lo contrario esta que se viene será una tarde de sábado muy lacrimógena.

“Analizo mis sentimientos absorto en las motas de luz que brillaban suspendidas en el aire silencioso. ¿Qué quiere la gente de mí? Pero no encuentro respuesta alguna. A veces alargo la mano hacia las motas de luz que flotan en el aire, pero mis dedos no tocan nada.”

1 comentario:

Style Girl dijo...

Creo que ademas de la falta de voluntad es el miedo a no saber que puede pasar si conseguimos lo que nos proponemos.
Los flacos dicen cosas que luego, con sus quejas, terminan contradiciendose enteramente, puede que porque sienten que generaron algo en la otra persona con lo que no se sienten comodos y en su momento, cuando lo pensaron, cuando te lo dijeron creyeron que se sentirian de otra manera.
Por ultimo, no hay que pensar que quiere la gente de uno, si no que quiere uno de si mismo, ya que las opiniones varian, y a final de cuentas lo que vale es lo que para uno termina siendo correcto.

En fin, divague mucho. Mil disculpas.


Saludos :)

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