domingo, 6 de junio de 2010

Fool me once, shame on you. Fool me twice, shame on me.

Últimamente la frase del título la vengo utilizando demasiado seguido… no sé si asustarme o pensarlo como algo que nos pasa a todos. Tengo la leve sospecha de que los seres humanos vinimos defectuosos al mundo. “el hombre es un animal que razona” ¿qué carajo flasheó Aristóteles cuando dijo esa frase? Quizás la del problema soy yo, pero últimamente razono menos que una cucaracha. Es terrible ver como me vuelvo a equivocar una y otra vez. Lo peor, encima, no es equivocarme, es que me pasa siempre con lo mismo. Vuelvo a caer todos los días y me dejo llevar por lo que no sé si llamar instinto o real pelotudez (real, porque es a tal extremo que me merezco estar en la realeza de los idiotas). Yo ya no sé ni qué hacer conmigo misma. Me doy cuenta de que ya hay algo que me está faltando, que en realidad no es nada. Vuelvo a definir mi propia felicidad en base a otros, y es eso lo que está mal, y yo lo tengo clarísimo pero no sé por qué carajo no lo puedo evitar. Igual el otro día desarrollé toda mi teoría extraña sobre por qué nos pasa esto a todas las chicas de –aproximadamente- mi edad.

Según esta teoría (tan ridícula y boluda como yo, pero no importa, esto es FILOSOFÍA BARATA, que nadie pretenda más de mí), los hijos tratamos de corregir los errores que le vemos a nuestros viejos. En el caso de la generación de nuestros padres, dada también la situación histórica, claramente, vieron en sus viejos (nuestros abuelos) que a pesar de que existía el valor de la familia y el ¿amor? para toda la vida, trataban de definirles la manera en la que tenían que pensar, vestir, cómo y cuándo tener sexo… y hasta les decían con quién! Por eso fueron los “rebeldes”, los hippies, los militantes. Las mujeres tenían que hacer valer sus derechos, por primera vez votaban y se podían poner a la altura del hombre.

Ahora noto en nosotros el intento de corregir los errores de nuestros propios papás, a los que vemos laburar y defender sus ideologías… pero cuando hablamos de amor? No “amor libre”, no “amor a la naturaleza”… AMOR. Queremos que nos quieran, que nos mimen, que nos completen. Mis viejos están divorciados. Los de la mayoría de mis amigas también, y hay otros tantos con padres desaparecidos o irresponsables, madres que no se preocupan por sus hijos y que los torturan psicológicamente.

Yo me defino por otros porque amo. Amo amar. Quiero querer y ser correspondida más que nada en la vida. Obviamente me encantaría ser una mujer independiente, con mi trabajo, mis estudios y mi inteligencia, pero si me preguntás qué es lo que quiero automáticamente se me cruzan primero otras cosas por la cabeza. Yo espero fervientemente conocer a mi príncipe VIOLETA, que me va a adorar toda su vida y va a ser mutuo. Mi matrimonio/concubinato/noviazgo o como te guste llamarlo va a ser para siempre y todo lo que sufra para llegar a eso va a haber valido la pena… y si lo consigo, reviviría mil veces todos los llantos, solo para alcanzar lo que quiero una vez más.

Mis 51 entradas de FUCKIN LOVE lo valen. Las 10 de simple LOVE las superan ampliamente.

Vida querida, te digo “vení no más”, porque lo lindo que me espera me da muchísimas ganas de seguir padeciendo lo que sea necesario.

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