lunes, 29 de septiembre de 2008

Mundo Real

   La mayoría de la gente tiende a confundir el mundo ideal con el real. En el ideal, que es -además- imaginario, la gente “no debería” preocuparse por frivolidades. La gente debería ser juzgada por su espíritu. Debería valer más una mujer talentosa a una hermosa. Todos deberíamos ser genuinos, frontales, sinceros, valientes, honestos con nosotros mismos. Los hombres y mujeres tendrían que decir lo que sienten sin trucos histéricos o tretas de conquista amorosa. Todos respetaríamos los deseos del otro: si quiere estar soltero, no tener hijos, casarse con un enano de circo o trabajar hilando pulseras de lana hasta los 50 años, lo dejaríamos hacer.

   Sin embargo (y esto es lo que no me entra en la cabeza) allá afuera la realidad es muy diferente a ese mundo ideal lleno de verbos condicionales que pregona la gente en sus discursos. Afuera, la mayoría de los hombres prefieren una compañera de trabajo linda a una inteligente y la las mujeres despedazan a otras mujeres como aves de rapiña ante el menor indicio de debilidad. Como en la selva.

   Es verdad que uno puede intentar ser fiel a uno mismo pero es complicado conseguir una cierta armonía. Es muy difícil. Todos negociamos y nos traicionamos en algunas elecciones durante el día. Desde resignar la marca de café en la oficina hasta callarse cuando el jefe de turno pide alguna estupidez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que no hace falta que te señale Cómo, Por qué, pero si hace falta decirte que me llegó profundo.
Porque me indigna encontrarme parte de ello y a la vez sentirme fuera. Más allá de eso, vos sabe; aparte que me gusta mucho cómo lo decís.
Te juro que me irrita cuando no me soy fiel, y si que cuesta. Espero hacer un buen intento.
Te dejo esa señal, luminosa :)

Filossofiabarata's soundtrack